Mi primer ghosting

2b5c7cd3-1f6d-4412-9074-092be1375b6a

Me acuerdo perfectamente de cuando fui víctima de mi primer “ghosting”…Sí, niños, hace 20 años también existía eso, y hace 30 y 40 y desde que el mundo es mundo supongo, sólo que no le poníamos nombres cool a estas actuaciones cutres. Era “irse a por tabaco” o, simplemente, desaparecer sin dar la cara, lo que de facto es.

Por supuesto, los comportamientos e instintos intrínsecos al ser humano no varían, solo se moldean y adaptan a los diferentes escenarios.

Todos esos ghosting, benching, breadcrumbing, zombing etc ya existían antes..Yo les llamo “hacer una putada”..Sin eufemismos millennials.

Ser de la generación de los que nacimos en los 80 es interesante y a la vez esquizofrénico. Crecimos en un mundo completamente distinto, donde se supone que aún se mantenían unas formas y valores digamos “más tradicionales”, donde, si bien, se hacía básicamente lo mismo, la diferencia es que no era algo casi normativo como en la actualidad.

Antaño era considerado, -como mínimo-, una falta de respeto.

Los niños con 13 años estábamos jugando a canicas y lamiendo chupa-chups..Hoy en día…bueno más o menos hacen lo mismo pero distinto, dejémoslo ahí…A día de hoy, no sólo dominan toda esta jerga sino que crecen pensando que actuar así es algo aceptable.

Adonde quiero llegar con esto es que, este mundo moderno ha facilitado que ciertos comportamientos de poca gallardía (o no tener ovarios o cojones, vamos), sean hoy en día mucho más fáciles de hacer y además parece que hasta molan…”Le haré benching a Fulana mientras me tiro a Manola y luego si me interesa le hago un zombing y la recupero, pero como me ralle le hago un ghosting”..Es que encima pareces moderno, hipster, millennial y todo si lo haces y un pringad@ si sigues formas más tradicionales, lo que viene a ser “ser honesto y dar la cara”.

Puedo decir que hoy en día colecciono y soy testigo de muestras de todas estos modus operandi por doquier.

Pero hace 20 años era algo raro…La gente desaparecía y se llamaba a la policía, a los hospitales o al “¿Quién sabe dónde?”…Hoy en día…prueba a contactar a la policía porque tienes un rollete al que de repente se ha tragado la tierra, a ver qué te dicen…Y el “¿Quién sabe dónde?”…ya no existe, o creo que están trabajando en una nueva edición sólo con todos mis chicos (y los de mis amigas) que se desvanecieron en extrañas circunstancias…

Yo reconozco que, como en parte sigo siendo bastante ingenua, cuando un hombre empieza a dejar de contestarme siempre pienso que habrá perdido el móvil, cuando pasa ya una semana pienso que puede que le hayan secuestrado y el pobrecito estará pensando en mí en una mazmorra, angustiado por no poder comunicarse conmigo. También sospecho que habrá tenido un accidente y estará en cualquier hospital agonizando, soñando con volver  verme, angelico…

Lo comento con mis amigos y claro, me dan la bofetada de realidad que a veces necesito.

Insisto, cuando yo tenía veintipocos estas cosas eran chocantes y a lo mejor por eso se me quedó grabada la anécdota, el chico y la historia que nunca pudo ser.

Le conocí en un curso de competencia marítima.

Era un curso de una semana, básicamente para marineros, pescadores o diversas gentes que trabajaran o aspiraran a trabajar en el mar…¿Qué pintaba yo ahí?..Es una larga historia que no toca ahora, el tema es que ahí éramos unos 15 hombres, otra chica y yo…Y el profe, claro, que era un viejo marinero que se preguntaba si estábamos chifladas por aspirar a entrar en ese mundo de hombres.

Recuerdo entrar a la Casa del Mar de Tarragona el primer día, con mi hatillo, sin saber muy bien lo que me esperaría y sus ojos oscuros súper profundos se clavaron en mí…Pero yo, lo acababa de dejar con mi primer novio y no estaba para muchas historias.

Hacíamos de todo, teoría y prácticas, rescates, balsas…Actividades digamos en las que nos podíamos fácilmente visualizar y tocar…

Era el típico tío que te gusta cuando tienes veinte años..Bueno, y cuarenta!…Moreno con el pelo un poco largo muy fibradito, una mirada muy intensa y con chispa, morritos, buzo profesional, un chico de acción y a la vez con mucha clase.

En realidad en toda la semana apenas hablamos, estábamos súper cortados, todo eran miradas furtivas y sonrisas picaronas, poco más, pero la tensión era brutal.

Y llegó el último día…Habíamos estado haciendo socorrismo en el mar y sin pasar por la ducha nos fuimos a comer.

Casi al final de esa comida de despedida se acercó a mí y me invitó a salir fuera del restaurante a hablar. A mí me daba mucho corte, con esas pintas, oliendo a sal, el pelo pegado…

Y a la antigua usanza se me declaró, en eso sí fue muy tradicional. Me dijo que yo le encantaba, que quería conocerme, me pidió el número de teléfono, me dijo que tenía que irse un mes a Cuba a bucear pero que a la vuelta me iba a preparar un súper plan , bla bla bla…

Yo estaba, claro..Uff, emocionada y súper cohibida a la vez, consciente de que cualquiera de nuestros compañeros podía estar mirando…Pero, pensé..”¡Qué coño, Laura, si a esta gente no la vas a ver más!”…Y nos plantamos un beso de todo menos tímido…

Me escribió muchos SMS, muchos, a todas horas, a cual más bonito, llenos de alabanzas y planes idílicos en los que nos visualizaba ya. Supuestamente viajó a Cuba y supuestamente volvió, me escribió otros cuantos SMS más, ya muy distintos, confusos y esquivos…Nunca más se supo…Me habían hecho mi primer ghosting de manual y yo me quedé pensando que se lo habría tragado el mar y es literal, cada vez que salía alguna noticia de buzos ahogados comprobaba los nombres, porque, en el mundo que yo conocía si alguien no quería saber más de ti, te citaba y frente a frente te lo soltaba…

Eran otros tiempos, por supuesto…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s